Autor: Gerardo Honty
Fuente: Alai
En su reporte sobre alimentos y eficiencia energética, se recuerdan aspectos conocidos: el papel creciente del petróleo y el gas natural como insumos de la producción agropecuaria que trajo aparejada
En el reporte (“Energy-Smart Food for People and Climate”, publicado a fines de 2011), se cita, por ejemplo, que la fabricación de nitrógeno para la fertilización química de los suelos consume la mitad de los combustibles fósiles que requiere la producción primaria de alimentos.
Sin embargo los mayores requerimientos de energía de la alimentación no están en la fase de producción (que consume apenas el 20% del total), sino en las etapas de procesamiento y distribución. Aquí
Esto hace más “vulnerables” a los países más ricos ante la ausencia de combustibles. En el caso de Estados Unidos, se indica que los alimentos que componen la dieta diaria de cada habitante recorren más de 8 mil kilómetros en promedio antes de llegar a su mesa. La desproporcionada cantidad de energía utilizada en el transporte hace que las relaciones de entradas / salidas energéticas sea de
Pero no toda la comida producida se consume. En los
países de altos ingresos se produce un 50% más de alimentos que los necesarios
domésticamente, los cuales terminan “perdiéndose”. En Europa y Norte América
van a dar al tacho de basura cada año entre 95 y 115 kg de comida por
persona. La FAO
estima que un 38% de toda la energía que se requiere para el abastecimiento
global de alimentos se pierde junto con ellos.
Para el 2030 se espera que la demanda global
de energía y agua aumente un 40%, y la de alimentos en un 50%. Según este
reporte de la FAO ,
los cambios de hábito de consumo en los países asiáticos con la incorporación
de la carne vacuna en su dieta es uno de los factores que más inciden en estas
proyecciones. Mientras que para obtener un kilo de pollo se necesita un kilo de
cereales, para obtener un kilo de carne vacuna se requiere de 8 kilos de
cereales.
También están ocurriendo cambios en la forma de
producción. La rápida maquinización e industrialización de la agricultura en
los países asiáticos (particularmente India y China) está modificando la matriz
energética de la cadena de alimentos asemejándola a la de los países de altos
ingresos. Esto llevará a estos países a padecer las mismas amenazas que hoy
aquejan a los países centrales ante la escasez o volatilidad de los precios del
petróleo.
Las soluciones que ofrece el nuevo reporte tampoco
son novedosas. Entre otras reducir el desperdicio de alimentos, consumir
alimentos producidos localmente, incorporar la energía endógena de la
producción agropecuaria (residuos, biogás, etc.) y aplicar prácticas
agroecológicas.
Los países “en vías de desarrollo”, particularmente, deberían tomar nota de
estas previsiones. Continuar alentando la agricultura industrial los está
volviendo cada vez más dependientes de un recurso en declive y haciéndolos más
inestables ante la inevitable suba de los precios de los hidrocarburos. Muchos
de estos países aún tienen el conocimiento de las prácticas agrícolas previas a
la revolución verde, las que sumadas a los nuevos conocimientos de las técnicas
agroecológicas podrían reducir esta vulnerabilidad.
Claro que este enfoque implica necesariamente
abandonar la vieja concepción de “progreso” que nuestras sociedades han
abrazado con tanto fervor como su petrodependencia.
Por Gerardo Honty, investigador en Energía y Cambio
Climático de CLAES (Centro Latino Americano de Ecología Social)
LINK:
http://www.desdeabajo.info/actualidad/internacional/item/19502-alimentos-y-agricultura-frente-a-la-crisis-energ%C3%A9tica.html
Compartir en Facebook
Compartir en Facebook
No hay comentarios:
Publicar un comentario